El convento de Santa Inés, tiene en su conjunto tres patios, en dos de ellos es fácil acceder pues se realizan a menudo actividades realizadas con la artesanía y otros eventos. Sin embargo su primer claustro o patio, es muy complicado de acceder a él. Pertenece a los Hermanos Obreros de María, los cuales usan ya muy poco el edificio, teniendo una presencia testimonial y de simbólico cuidado.
En ese primer patio antesala de la preciosa capilla del convento, encontramos muchas piezas de interés, columnas, capiteles romanos, zapatas góticas, y como no podía ser menos un pilar, en este caso es singular, pues se compone de una pila rectángular de piedra de Sierra Elvira, y un único caño que brota de una columna de piedra en la que hay un mascarón. Desgraciadamente el caño de bronce que a toda seguridad tendría no existe hoy, sino que encontramos un sencillo y corriente grifo.
El patio está en mal estado y apuntalado de ahí que en las fotos se aprecien hierros que apuntalan las galerías.
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